El 80% del ahorro energético procede de la Naturaleza
La inversión en fotovoltaica es una apuesta inteligente de civismo y educación en aras del cuidado de nuestra madre Tierra.
Las energías renovables, entre otros muchos beneficios, reducen las emisiones de gases de efecto invernadero al no generar CO2 garantizando un suministro energético autóctono y seguro, reduciendo costes al eliminar la dependencia de recursos o tecnologías externos y ayudando a revertir el cambio climático.
Sabemos rehabilitar energéticamente la vivienda o el edificio con energías renovables y nuestro bagaje de conocimiento y experiencia, ofreciendo lo mejor en cada proyecto para que se beneficie del ahorro económico y las ventajas prácticas de las últimas tecnologías.
Orientamos a nuestro cliente en cada momento hacia el fabricante más innovador, más fiable y más eficiente. Somos su compañero de camino hacia la autosuficiencia energética.
El autoconsumo es legal y económicamente viable. Esto y la caída de precios de las instalaciones hacen que cualquier proyecto de autoconsumo compartido entre los vecinos de un bloque o una urbanización resulte amortizado y sea rentable en muy poco tiempo.
En breve, los pisos no solo tendrán paneles para producir energía sino también una batería asociada. Los mayores ahorros de energía se consiguen cuando se almacena la que no se puede consumir en el momento. Los paneles generan más energía por el día, justo cuando el usuario no está en casa. La batería almacena esa energía para que se pueda utilizar en otro momento —de noche o cuando está nublado— y evitar tener que consumir de la red.
Estas baterías también almacenan energía de la red eléctrica durante las franjas horarias en que los precios son bajos con el fin de utilizar esa energía en momentos en los que la electricidad es más cara.
Cada vecino cuenta con su propia batería, son fáciles de instalar y no requieren de mucho espacio, se pueden colocar en cualquier habitación y cada uno consume energía según unos coeficientes de reparto fijos.
España es un país muy dependiente de las importaciones energéticas. Esta dependencia, que llega al 76%, veinte puntos por encima de la media europea, y que en 2015 alcanzó los 26.000 millones de euros, lastra todo nuestro entramado empresarial. Debemos articular la seguridad de suministro alrededor de la reducción de la dependencia energética del exterior, que solo podremos reducir potenciando aquellos recursos autóctonos que poseemos, especialmente recursos renovables: sol, viento, agua y territorio; este último para fomentar biomasa y biocombustibles.
España es un país privilegiado en estos recursos, a los que puede unir su liderazgo tecnológico en todo lo referente al sector de las energías renovables.